5 de enero de 2017

123ª noche - ¿Qué fue de la Navidad?



Agentes de la policía judicial localizaron en la tarde de ayer a un grupo organizado que operaba ilícitamente en diversos países. Está formado por la Navidad, que ejercía la prostitución en un centro comercial de la capital, donde fue detenida. Papá Noel, a la puerta del mismo centro, también pasó a disposición del juez con los cargos de intrusismo, falsedad continuada y estafa sentimental. Así como tres individuos llamados Melchor, Gaspar y Baltasar, que operaban de modo similar, interceptados mientras intentaban entrar al país. En todos ellos concurren los agravantes de nocturnidad, acoso a menores y abuso de confianza. Algunos de sus secuaces lograron darse a la fuga.
El juez ha decretado secreto del sumario, no obstante ha trascendido que los detenidos usan documentación falsa y no son quienes dicen ser. La mayor preocupación ahora es saber dónde se encuentran los auténticos Reyes Magos, Navidad y Papá Noel, que se sospecha hayan sido secuestrados hace tiempo o, en el peor de los casos, que fueran eliminados definitivamente.
 
Mañana a mediodía se guardará un minuto de silencio en señal de condena del secuestro y muestra de apoyo a las víctimas, por parte de todas las personas de buena voluntad.

 

© Fernando Hidalgo Cutillas - 2016

3 comentarios:

Pepa dijo...

Me encanta, Fer. Muy bien.

Pepa dijo...

es un texto como muy acorde con estos tiempos inciertos e inseguros en los que nada es intocable. está muy bien escrito y entra solo. Saludos y buen trabajo.

Blanca Miosi dijo...

Siempre sospeché que la Navidad había sido secuestrada, y creo que tenía razón. Este cuento es un llamado de atención al mundo en que vivimos: nadie se acuerda del verdadero sentido de estas festividades, solo están pendientes de la comida, de los regalos, y los símbolos que son Papá Noel y los Reyes Magos están más presentes en los centros comerciales que en las casas. Por suerte, todavía nos queda el niño Jesús, que son su sabia inocencia prefiere quedar al margen.
Como siempre Fernando, tus cuentos nos hacen reflexionar.