
Estuvo un buen rato berreando, mientras en los padres crecía un sentimiento de culpa: ¿estarían coartando la libertad y los sentimientos del niño? ¿Y si fuera realmente un caballo, dentro de un cuerpo equivocado? A la semana siguiente, transformaron el dormitorio del hijo en un pequeño establo. Fonsi relinchaba de felicidad.
Pequeño caballo © Fernando Hidalgo Cutillas - Barcelona 2016
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