De baja estatura y con la fuerza de un toro, su cara de viejo en un cuerpo juvenil hacía de su edad un enigma. Le acertaron el nombre: Panikós, pues pánico producía su presencia. Con un émbolo de hierro y un mazo, remataba a los heridos sin remedio de un golpe en la nuca. Unos decían que disfrutaba; otros, que bebía para soportarlo. Todos lo rehuían pero, próxima la batalla, le daban unas monedas: “Acuérdate de mí”. Las tomaba sin mirarlos y seguía bebiendo y maldiciendo a los dioses.
Panikós © Fernando Hidalgo Cutillas - 2011
Los mejores cuentos y fábulas en un solo tomo
2 comentarios:
PANIKOS: una bestia (?) bien descripta con las palabras justas, ni sobran ni faltan.
Yo leo a ese protagonista, PANIKOS, y se me agiganta el otro, el "todos" que, por sí acaso, le damos una moneda antes de la batalla.
Acaso PANCHITO pueda escribir qué diferencia a la bestia PÁNIKOS individuo, y a la otra bestia colectiva.
Saludos.
Hola Eduardo, Panikós es sólo el que remata a los malheridos para abreviar su sufrimiento. Una de esas ocupaciones necesarias, piadosas, pero malditas.
Veo en Panikós más bien el drama de cargar con tantos y tantos muertos que en realidad él no mata. Por eso bebe y maldice a los dioses. Y los otros lo rehuyen, como al verdugo, pero le dan unas monedas antes de las batallas para que, llegado el caso, los atienda bien. Paníkós es algo que, como el Sol, la locura y la muerte, no se puede mirar de frente.
La bestia existe y Panikós no escapa a formar parte de ella, eso es verdad.
El relato debía tener cien palabras justas, era el reto y no da para más.
Gracias por tu comentario. Saludos.
Publicar un comentario