Recortes
Como perla de ostra, tan paciente,
de manera insidiosa, poco a poco
hizo piedra el riñón incontinente;
el cruel traidor casi me vuelve loco.
Descompuesto, fané, descangallado,
envuelto entre la angustia y el sofoco
me fui al ambulatorio que, cerrado,
lucía el cartel: "Servicio recortado.
No abriremos mañana, ni hoy tampoco".
La furia, el descontrol, la adrenalina
que tal desfachatez en mí produjo
resultó ser muy buena medicina,
pues al momento recuperó su flujo
mi cálida, amarilla y fiel orina.
Así, por fin, me dieron buen servicio.
¡Esta gente conoce bien su oficio!
© Fernando Hidalgo Cutillas 2011
Los mejores cuentos y fábulas en un solo tomo
1 comentario:
Ja, ja, Fernando, sabes sacar partido hasta de los malos momentos! Me ha gustado esta poesía rimada con salero y buena onda, a pesar de tratarse de un desastre, pues no hay nada peor que la incontinencia contenida que no se puede contener...
Besos!
Blanca
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