Entrevista realizada el pasado día 2 de diciembre de 2025 en el foro literario Letras Entre Amigos (LEA) a la escritora Belén Garrido Cuervo, con motivo de la reciente publicación en Amazon de sus dos primeras novelas, La cita y Nadiya, historia de una esclava.
CONOCIENDO A BELÉN GARRIDO CUERVO
LEA.- Conozco a Belén Garrido Cuervo desde hace unos quince años, cuando llegó al foro literario Prosófagos, poco antes de que lo cerraran. Aunque entonces no lo sabíamos, Belén acababa de ganar un importante concurso de relatos en Suances y de quedar finalista en algunos más. También venía del foro Ventanianos. Por entonces, antes del auge de las llamadas redes sociales, los foros en general y los de literatura en particular tenían mucho éxito. ¿Qué recuerdas de aquellos años, vistos desde ahora?
B.G.- Los Foros fueron ventana abierta al mundo, intercambio, aprendizaje y estímulo. Un recurso imprescindible en mi carrera, como lo fue en la carrera de otros autores muy leídos como Blanca Miosi, Antonio Pacheco, Eduardo Krüger, Mario Archundia y otros compañeros en LEA. Recuerdo aquellos años como una etapa alegre y estimulante.
Cuando hace unos meses quise marcharme de este apartamento, no pude hacerlo porque, mirara donde mirara, había un detalle que me hablaba de él y querría llevarlo conmigo. Pero hoy no es ayer y es mi voluntad que nada suyo me haga falta. Por eso me voy con lo puesto. Pero en esta mudanza en la que todo me sobra, ¿qué hago con mi piel, cubierta por sus besos? (La piel – 2009)
Este fue el primer micro que mostré en público. Fue en un foro que se llamaba Ventanianos. Lo leyeron unas cuantas personas y varias hicieron un comentario sobre él. Por primera vez tenía lectores. Si me planteo el reto de definir qué emoción me evoca, esta sería excitación. Después hubo un paso fugaz por Prosófagos y en 2011 llegué al foro que creaste, Letras entre Amigos (LEA). Y era cierto.
LEA.- El CONCURSO INTERNACIONAL DE RELATO CORTO ELENA SORIANO, de Suances, es un certamen notable, bien remunerado, en la edición que ganaste, la de 2008, ofrecía un primer premio de 3.000 euros de la época. ¿Siendo nueva en esas lides, cómo se te ocurrió presentarte?
B.G.- Escribía en solitario, no tenía a nadie con quien contrastar ni comentar sobre literatura al nivel que necesitaba y este tipo de certámenes fueron un recurso que se me ocurrió utilizar como incentivo para seguir escribiendo y como medio para probar la calidad del trabajo. Enseguida quedé finalista en uno y gané este, ambos entre cientos de competidores. No lo había considerado una prueba de fuego que hubiera que pasar con éxito obligatoriamente, pero en verdad la pasé.
LEA.- Ganaste con el relato Toscamente entretejidos. Habla de prejuicios, de amor y de engaño. Pero no son amor ni engaño de pareja, ni de celos, sino un tema completamente distinto, en el entorno familiar. ¿De dónde salió la idea?
B.G.- Por entonces teníamos pegado sobre los azulejos de la cocina un mapa de Europa. Durante la cena, a veces jugábamos a situar alguna ciudad. En uno de esos juegos, me fijé en una ciudad alemana de nombre bellísimo: Coblenza. Vinieron a mi cabeza las parejas de españoles que se iban unos años a trabajar a alguna de esas ciudades alemanas para hacer un dinero que les permitiera poner un negocio en España, y dejaban a sus hijos con los abuelos durante su estancia en el extranjero. Por otra parte, tenía en la cabeza el drama que suponía en aquella época ser madre soltera. Y se me ocurrió la manera de combinar ambas cosas en una misma historia.
El azar dispuso que, cuando mi madre recibiera la turbadora noticia llegada de su casa a través de aquella carta, ella también estuviera esperando un hijo. Y así, cuando el 30 de mayo de 1964 Carmen da a luz al suyo en un cuarto asfixiante y oscuro del pequeño piso de mis padres en la europea ciudad de Coblenza ꟷen la que confluyen dos ríos, como si de un destino se trataseꟷ, mi madre salía de cuentas. (Fragmento de Toscamente entretejidos – 2008)
Es precisamente la palabra Coblenza, confluencia, la que ilustra la idea, y es que escribir es trabajo, trabajo y trabajo, pero la magia existe. Toscamente entretejidos es una historia que habla de incomprensión, de prejuicios, de rigidez moral, de falta de empatía, de envidia. A veces, los vínculos familiares nos ahogan. Esta es una idea que ronda casi todos mis trabajos.
LEA.- Es cierto, el amor y el desamor, la pareja y la familia, son a menudo el centro de las historias que escribes. Otro de tus cuentos premiados, La sirena, describe como pocos todo el dramatismo del llamado "triángulo amoroso". En mi opinión, este cuento es incluso mejor que Toscamente entretejidos. ¿Qué puedes contarnos de él, sin desvelarlo para quienes no lo conozcan?
B.G.- Que no dejó indiferente a nadie, quien lo leyó tomó partido. Raquel e Irene son dos divas, dos mujeres que explican lo que sienten y eso no tiene discusión. Hay emociones que, se ponga el mundo como se ponga, no las para nadie, y menos cuando la enfermedad y la muerte están por medio. Cada una de ellas cuenta su vivencia en primera persona y ꟷnadie lo apreciará si no lo digoꟷ cada una de las dos mujeres usa para ello exactamente el mismo número de palabras.
Las sirenas de las ambulancias suenan igual en todas partes. Es un sonido universal con nombre de mujer, de mujer acuática y misteriosa que seduce a los hombres. La pesadilla que acude puntual a mi sueño se limita a ese sonido de alarma que se acerca a la misma velocidad que mi pánico. Temo que la sirena se detenga a cantar bajo mi ventana y temo igualmente que su canción pase de largo. Pero da igual, porque, en cualquier caso, la sirena ha seducido al único hombre que me importa. Y se lo lleva. (Fragmento de La sirena – 2009)
LEA.- Hasta mediados de la década de 2010 eres una escritora de cuentos, o relatos cortos. Y, de pronto, te pasas a la novela. ¿Por qué ese cambio, crees que se trata de una evolución natural?
B.G.- La actividad en LEA era intensa y se basaba en el relato corto. Pero un día se propuso el reto de escribir algo más largo, se marcó un mínimo de 60 folios y un plazo. Yo no había pasado nunca de 15 o 20 folios. Pensé no empezar de cero, sino alargar algún cuento ya hecho y elegí uno de 7 páginas titulado La cita. Trataba de la extraña visita de un joven a una casa abandonada donde años después se hallaba el cadáver de una mujer. El cuento tenía la forma de una crónica publicada en una revista de sucesos paranormales. El pequeño relato donde solo se enuncia una idea se convirtió en otro de 60 páginas, ejercicio que siguió creciendo hasta convertirse en la novela que es hoy.
Luego escribí Nadiya, también desarrollando un cuento anterior, Niebla. La presenté a un concurso, obtuvo un buen resultado y ello hizo que esta se publicara antes que La cita.
Creo que, más que una evolución natural, se pasa de una forma de narrar a otra por experimentación e inquietud intelectual, lo mismo que la tentación de escribir una poesía. Una novela es una narración del detalle, no basta con que pase algo, hay que mostrar por qué pasa, el lector debe comprender las motivaciones, los personajes deben ser congruentes con sus decisiones, las líneas temporales deben ser coherentes; los diálogos, creíbles.
La mujer era menuda, vestía con distinción, rozaría los sesenta y aún conservaba algo de la belleza que pensé que habría tenido, pese a las bolsas oscuras bajo los ojos y la piel apagada. Al ver que yo asentí con la cabeza, continuó:
—Verá, mi hijo Alberto murió hace diez años en circunstancias extrañas. Me dicen que sufrió un infarto, y es verdad que estaba enfermo, pero ocurrió en un lugar ajeno a él, junto a otros sucesos y personas que nada tenían que ver con su vida. Ni la Guardia Civil ni nadie ha podido darme una explicación convincente, es más, todos se desentendieron. (Fragmento de La cita)
El cuento, por su parte, narra una historia sin detalle y su interés está en el nudo y en un desenlace que debe sorprender. Es como un viaje en avión donde lo que importa es el destino.
Miro los trozos de pescado desparramados por el comedor y dondequiera que la vista pongo encuentro una gota de aceite, un trozo de cebolla, una hoja de perejil como si cada ingrediente hubiera salido del guiso para pedir que diga basta. ¡Basta! ¡Basta! Miro a mi alrededor y sé que recogeré todo mientras pienso en que soy muy torpe; que pasaré la fregona, que una vez todo esté seco, volveré con la escoba, hasta hacerme la ilusión de que en esta casa no ha pasado nada. Y ya mañana veremos. Porque esta noche él volverá cansado, arrepentido, con la barba incipiente enmarcando su perfil, con la misma mirada que le recuerdo de la primera vez, cuando no tenía que luchar contra la voluntad de quererle. Y que, al verme, extenderá esas manos con las que amasa arena y cemento y que, sólo para mí, serán como de seda. Y sé que cerraré los ojos, y que durante un tiempo dejaré de ver la mancha indeleble de la grasa sobre la pared y los minúsculos restos de vidrio que he encontrado mientras limpiaba y eran de otro día que ya tenía olvidado. (Decir Basta - 2016)
Y el microrrelato lo asimilo a un trabajo de orfebrería que convierte algo que pasa por la cabeza de forma fugaz, una idea, un sentimiento, un detalle, en una historia que se toma de un solo bocado. Como La piel, por ejemplo, que cité más arriba.
LEA.- La cita es una novela negra, pero sólo en parte. Hay tres muertes que dilucidar, es cierto, y sin embargo el verdadero foco de la historia está en otro sitio, especialmente en una relación de pareja tormentosa. También, en el influjo de un factor que podría ser paranormal. Todos los protagonistas tienen personalidades muy fuertes y al final todo es perfectamente creíble. Se podría decir que es una novela coral, aunque toda la trama forma parte de una sola historia común en la que cada uno cuenta su parte. ¿Cuál es tu personaje preferido? ¿Hay un personaje bueno, malo, maldito...?
B.G.- Entre Joaquín y Marcos ꟷlos principales protagonistasꟷ hay resquemores, reproches mutuos que nunca se harán porque prevalecen entre ellos la amistad y la fidelidad que se profesan. Joaquín tiene mucho que agradecer a Marcos:
Cuando falleció Beatriz, Marcos me animó a empezar de cero, a vivir sin complicaciones ni compromisos, como él mismo hizo tras su divorcio. Marcos bebía demasiado por entonces. Aquella fue una época extraña, pero cada uno apoyó al otro a su manera.
Más adelante, Joaquín conoce a Francisco, el médico del pueblo donde lo lleva su investigación, lo que despierta antiguos fantasmas:
Francisco era alto, moreno, destilaba fuerza. Todo en él me recordaba al amante de Beatriz… Mirando a Francisco, pensé que cualquier mujer se sentiría atraída de inmediato por aquel rostro como labrado en piedra y con barba de dos días.
Pero, según Francisco cuenta su historia, cambia la percepción que de él tiene Joaquín:
Al cabo de un rato, Francisco mencionó a la otra mujer y le costó un esfuerzo que no me pasó desapercibido. Fue como si hubiera tenido que buscar su propia voz en un abismo para pronunciar el nombre de Adela, como si tuviera que recordar la colocación exacta de la lengua y los labios para componer una fonética que hacía mucho que no se oía decir. Y, como por arte de magia, dejé de ver en Francisco a aquel otro hombre al que odiaba y empecé a verme a mí mismo.
Me preguntas cuál es mi preferido. Todos lo son. No sabría decir quién es el bueno, el malo… Joaquín, Marcos y Francisco son tres hombres con luces y sombras. Joaquín es el personaje más desgraciado en todos los sentidos. Puede que Julia sea el peor ser humano y quizá por ello el suyo es un personaje tan potente. Beatriz no deja indiferente a nadie, pero, pasada la emoción que inspira, podría ser el personaje maldito.
LEA.- Nadiya, historia de una esclava se desarrolla en el siglo XVIII, entre España y África Oriental. He entresacado unos párrafos:
Mi madre recogía raíces y frutos mientras los niños se ocupaban de que el ganado no se alejara demasiado y fuera pasto de las fieras. Cuando notó que se acercaba mi nacimiento, se acuclilló encima de una espesa capa de hojas. Atardecía y el sol se convertía en un enorme disco anaranjado del que ella no disfrutaba porque, sudorosa, muda, los grandes dientes apretados, agachaba la cabeza con los ojos cerrados mientras mi paso a la vida la partía en dos.
Contaba Andrés que el rey Carlos era enclenque, de piel muy blanca, miembros desproporcionados en relación con su estatura, magro, ensimismado y lerdo. Al escuchar su descripción, yo me preguntaba qué méritos atesoraba para tener sobre él la responsabilidad de su pueblo… De aquel rey de las Españas se decía que no tenía voluntad, que era un enfermo perpetuo y se vaticinaba su muerte a cada paso. La sucesión era fundamental y motivo de odios y disputas.
—Era necesario cazar las lonas. ¡¡Todos arriba…!!, grité. Pero las órdenes se perdían en el viento y en el rugido del mar. Algunos marineros rodaron por cubierta. Yo mismo fui arrastrado con fuerza hasta topar con los candeleros. —Andrés hizo una pausa, tomó un sorbo de té y, como quien mira al horizonte, fijó un momento los ojos en mí—. Era imprescindible aproar al viento. Necesitábamos recoger velas y un ancla flotante…
(Fragmentos de Nadiya, historia de una esclava)
Parece una novela histórica, también exótica, de aventuras y romántica, al estilo de Dumas, por ejemplo. ¿Es así?
No es histórica en sentido estricto, sino enmarcada en una época y unos hechos concretos: la Guerra de Sucesión de España, los viajes de ultramar tras el descubrimiento de América, el tráfico de esclavos en el antiguo archipiélago de las Islas de las Especias. El marco histórico es real y la trama es verosímil.
Si uno piensa en la época romántica, se encuentra que todo es a lo grande: las riquezas, el lujo, las miserias, el sufrimiento, los viajes, las relaciones humanas, las intrigas, la venganza. Desde ese punto de vista, Nadiya contiene esos ingredientes y es muy emocional.
La sala donde nos recibió tenía los techos muy altos, y las paredes decoradas con paneles de madera bruñida y plata. El valí, imponente sobre el estrado cubierto con una alfombra roja y flecos de oro, nos esperaba de pie con un gesto de feroz superioridad. A una orden suya, aquellos hombres entraron en primer lugar, cabizbajos, abatidos, como si hubiera soplado sobre sus cabezas la respiración del verdugo. La riqueza de la estancia contribuía en igual medida al acobardamiento. Entre ellos estaba Nasif, un hombre alto y enjuto que formaba parte de la tripulación del Nuevo Día y a quien yo conocía bien. (Fragmento de Nadiya, historia de una esclava)
¿Cómo fue ese concurso que propició la publicación de Nadiya…?
Lo encontré por azar en Internet. Lo promocionaba la Editorial Nuevos Talentos y trataba de encontrar autores de calidad, que nunca hubieran publicado. El premio era importante y la novedad estaba en que las novelas ganadoras serían elegidas por los lectores. La mecánica consistía en registrarse en una web, publicar allí el trabajo y la trayectoria literaria de su autor y exponerlo a la lectura de cualquier persona que, a su vez, se registrara como lector. Estos harían un comentario y evaluación de cada una de las novelas que leyeran. Serían tres las seleccionadas. Luego, un conocido escritor español tendría la última palabra para decidir cuál de las tres sería la ganadora. Las dos novelas finalistas tendrían como premio su publicación, y Nadiya… fue una de ellas.
Sé que tienes otra novela terminada, El faro[t3] , finalista del Premio Azorín en 2022. ¿De qué trata?
El faro es una novela cuya historia se va componiendo a través de los relatos en primera persona de los dos protagonistas: Irene y Miguel, amigos del alma desde niños, a quienes los avatares de la vida llevaron a criarse como hermanos sin serlo. La acción principal transcurre en un idílico alojamiento rural, en Asturias, propiedad de Irene, y entre las muchas cosas que suceden está la investigación de la muerte del padre de Miguel, ocurrida cuando ambos eran pequeños. Y también trata del mundo de las obras de arte[t4] , del amor y el desamor, de la traición… Aún no he decidido cuándo se publicará.
El antiguo capellán de la cárcel había hablado de unas cartas. Marina nunca las mencionó ¿Qué habría escrito Juan en ellas con tanto secreto? ¿Qué contestaría ella, al cabo de tantas recibidas, como para que él perdiera las ganas de vivir? ¿Le diría que ella no estaría esperándolo cuando saliera de la cárcel? Marina nunca reconoció que le pesara la existencia de su hijo, pero se había casado con Juan sin quererlo, arteramente, y yo la imaginaba loca de rabia por no haber sabido esperar la oportunidad que luego llegó y tuvo que rechazar con un dolor que la acompañó toda la vida. (Fragmento de El faro)
¿Qué le dirías a un lector que hojeara tus libros, para convencerlo de que los lea?
Lo remitiría a lo que dicen quienes se le han adelantado. Estos son algunos comentarios de lectores, en Amazon:
· “La cita” engancha desde el inicio: una trama llena de tensión medida y giros verosímiles, personajes tan reales, contradictorios y humanos que parecen de carne y hueso. Escrita con un estilo directo y evocador que envuelve sin artificios. Recomendable para los que disfrutan de la novela negra.
· Un libro sobre la naturaleza humana, con una historia que te tiene intrigado hasta el final.
· ¡Me ha encantado! Historias, paisajes, personajes, misterio se entrelazan, llenando cada capítulo de paisanaje e intriga.
· Un libro muy entretenido, escrito con elegancia y buen ritmo.
· Una lectura que te engancha desde el minuto uno. ¡¡Muy recomendable!!
· Una novela que te atrapa, personajes bien definidos y un giro final tan inesperado como sorpresivo.
Hay muchos más, pero no quiero aburrir. Curiosamente, no hay ningún comentario negativo, aunque suele haberlos incluso en buenas novelas. Por otra parte, La cita ha sido reseñada en varios blogs literarios de larga trayectoria como: Un libro en un tris, La Monalisa a los 40, Anika entre libros, Cuéntame una historia, y por las autoras Blanca Miosi y Liliana Pacheco, en todos los casos con opiniones muy favorables. Todo está en Internet, se puede consultar.
En cuanto a Nadiya, historia de una esclava, recibió buenas críticas cuando se dio a conocer en 2018 y eso la llevó a ser finalista del concurso que he mencionado antes. De la reedición, hace poco tiempo y aún no la he presentado apenas en ninguna parte.
Ambas novelas están ahora en Amazon, tanto en versión eBook como en papel. Desde España se pueden encontrar en los siguientes enlaces:
https://amzn.eu/d/49Gi4a5 (La cita, eBook)
https://amzn.eu/d/6SWTi6A (La cita, versión de imprenta)
https://amzn.eu/d/gjQuxdO (Nadiya, historia de una esclava, eBook)
https://amzn.eu/d/bBwHZ3h (Nadiya, historia de una esclava, versión de imprenta)
Los cuentos están disponibles en mi blog:
https://cuadernoliterario-
Espero que tengas un gran éxito, porque las novelas lo merecen. Ha sido un placer.
Fernando Hidalgo, administrador del foro LEA
2 de diciembre de 2025
